Todos estamos conscientes de lo importante que es lograr una real carrera funcionaria para las/os profesionales de la salud centralizada regida por la ley 18.834. Es la legítima aspiración a que a medida que ganamos experiencia y conocimiento, el valor de nuestra remuneración se vea reflejado, tal cual les ocurre a otros funcionarios públicos, como por ejemplo profesores/as, poder judicial, salud municipal, por mencionar algunos.
Y tal cual a todos ellos nada les fue obsequiado, sino que todo lo han conseguido con lucha y posiciones de fuerza mostradas en las movilizaciones, este último cuarto de año que nos queda, pero por sobre todo el mes de octubre, adquiere ribetes decisivos.
Lo es porque se va cerrando el ciclo de la ley de presupuesto que es la que puede contener cualquier iniciativa en favor de este objetivo. Pero también porque es el último año de actividad legislativa incumbente del actual gobierno. A saber, el año 2025 habrá elecciones de los poderes legislativo y ejecutivo (es decir se eligen Diputadas/os, la mitad del Senado y Presidente/a de la república) y la historia enseña que la clase política agudiza su inoperancia en estos años dado que establecen una verdadera guerrilla infecunda de dimes y diretes donde cada quien busca dejar mal al contrario postergando cualquier necesidad país relevante. Lo hemos visto desde el retorno de la democracia y lamentablemente esa mala práctica llegó para quedarse.
En ese marco y más que antes las bases de CONFEDEPRUS junto a las demás organizaciones de profesionales de la salud, deben mostrar capacidad y decisión para movilizarse en todos los niveles, formas y estilos que sea posible, teniendo en cuenta que hasta ahora la autoridad no quiere otorgarnos carrera funcionaria y quienes son del bloque contrario a ella tampoco se muestran disponibles, dado que por su ideología son más cercanos a la idea de un estado pequeño, ojalá insignificante, que deje espacio al mundo privado, al que se le prejuzga como eficiente, sin considerar que los empresarios son sensibles al poder adquisitivo de los usuarios (ya que esa es la esencia de un negocio) y que la salud no conversa con este esquema, ya que es un derecho humano esencial vinculado al derecho a la vida, independiente si la persona tiene mucho, poco o nada de dinero.
En resumen, si no es ahora, quizás cuando y para que, si sea parte de la realidad, debemos mostrar fuerza y no vacilar. Si estamos a la altura de los tiempos, podemos anhelar un cambio. Si no, de nada valdrá quejarse ni molestarnos en buscar culpables.
Ahora es cuando. Vamos por más.